Todavía no sé porqué estoy aquí, ni porqué he creado este blog, nunca he escrito un diario, ni siquiera de niña, recuerdo que alguna de mis compañeras de colegio se quejaba de que su madre leía su diario, yo siempre pensaba que nadie podía leer el mío, porque nunca puse por escrito mis pensamientos, mis sueños, mis esperanzas ...
Ahora ha pasado algo, no sé lo que es, pero lo siento; realmente no ha cambiado mi vida en los últimos meses, mi rutina es la misma, mis prisas de por la mañana por haber apurado cinco minutos más de sueño, la necesidad de un poco de tranquilidad y silencio al final del día antes de ir a la cama. Pero en el fondo es como si estuviera en un compás de espera, lo que aún no he descubierto es lo que estoy esperando, quizá por eso he creado este blog, para tratar de descubrir que es lo que espero.
A lo mejor precisamente lo que ha pasado es que no ha pasado nada y yo espero que pase algo, que algo cambie, aunque necesite rutina en mi vida, el saber lo que tengo que hacer cada mañana cuando suena el depertador. Tener todas las horas de mi día organizadas, ocupadas, levantarse, preparar el desayuno, ir al trabajo...
Miro el reloj y quiero que pasen las horas, que se acaben mis horas tediosas en la oficina; atrás han quedado aquellos tiempos en los que el reloj avanzaba veloz mientras mis dedos volaban por el teclado: contestar correos, organizar trabajo, resolver dudas.
Ya sé que es lo que quiero que cambie, pero no se puede volver atrás en el tiempo. Aquel trabajo ya no existe, hoy esto es lo que hay, habrá que ser feliz, engañar al reloj para que vuele como mis dedos en el teclado y llegue la hora de volver a casa, a mis chicos.
Ahora ha pasado algo, no sé lo que es, pero lo siento; realmente no ha cambiado mi vida en los últimos meses, mi rutina es la misma, mis prisas de por la mañana por haber apurado cinco minutos más de sueño, la necesidad de un poco de tranquilidad y silencio al final del día antes de ir a la cama. Pero en el fondo es como si estuviera en un compás de espera, lo que aún no he descubierto es lo que estoy esperando, quizá por eso he creado este blog, para tratar de descubrir que es lo que espero.
A lo mejor precisamente lo que ha pasado es que no ha pasado nada y yo espero que pase algo, que algo cambie, aunque necesite rutina en mi vida, el saber lo que tengo que hacer cada mañana cuando suena el depertador. Tener todas las horas de mi día organizadas, ocupadas, levantarse, preparar el desayuno, ir al trabajo...
Miro el reloj y quiero que pasen las horas, que se acaben mis horas tediosas en la oficina; atrás han quedado aquellos tiempos en los que el reloj avanzaba veloz mientras mis dedos volaban por el teclado: contestar correos, organizar trabajo, resolver dudas.
Ya sé que es lo que quiero que cambie, pero no se puede volver atrás en el tiempo. Aquel trabajo ya no existe, hoy esto es lo que hay, habrá que ser feliz, engañar al reloj para que vuele como mis dedos en el teclado y llegue la hora de volver a casa, a mis chicos.
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