Si noviembre fue un poco caótico, Diciembre tampoco es que haya sido mucho más tranquilo. Parece que ya hemos conseguido parar las fábricas de mocos, aunque Tatá y el Yayo se han resistido a dejar ir al virus, pobres!
Del negocio pseudofamiliar nos hemos librado, al menos por el momento, que no es poco!
Y entre pruebas del disfraz de indio y organizarnos, hoy al cole, hoy a la Casa de Cultura, hoy con disfraz, hoy sin disfraz...pues han llegado las navidades, la lotería no nos ha tocado, pero seguro que hay mucha gente que lo necesitaba más que nosotros, no?
Así que aquí estoy, repasando lo que ha sido el mes y revisando mi lista para nochebuena, me encanta preparar fiestas familiares, aunque este año me faltará mi mejor pinche, le echaré de menos y mucho, para que lo voy a negar, pero bueno, a ver si al año que viene tengo a los dos, al pinche y compañía.
Este vez entre unas cosas y otras, la mesa será para nueve, poquitos, a ver si lo pasamos bien; el menú será muy parecido al del año pasado, no voy a defraudar a mis admiradores. A partir de mi cena de Nochebuena, ya todo seguido, Navidad, Nochevieja, Año nuevo, Reyes y ... el cumple de mi chico pequeño, creo que es como el remate de la Navidad, la guinda del pastel.
Para la fiesta he encontrado una receta de una tarta que es un tren, mi peque, nos va a salir ferroviario, le encantan, me muero de ganas por verle la carita de sorpresa.
En fin, hasta el año que viene!
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