He utilizado este blog en más de
una ocasión para desahogarme de las situaciones vividas o más bien, sufridas en
el trato con mis suegros, hasta ahora han sido situaciones más o menos absurdas
y casi hasta cómicas, pero lo de ahora supera todo lo imaginable y
desgraciadamente para mi marido no es para nada cómico, sino triste, muy
triste.
En esta entrada de noviembre del
2010 “Noviembre se
ha acabado ...ya?” contaba entre otras cosas la propuesta de
negocio del novio de mi cuñada, o sea, la hermana de mi marido, afortunadamente
conseguimos escapar de aquella situación, que ya se intuía rara.
El caso es que mis suegros
siempre han dicho que el negocio iba muy mal, que tenían que poner dinero, que
el cuñadísimo no estaba cobrando nada!? (alguien se cree que estuviera
trabajando a cambio de nada???) … en fin, todo eran excusas para no incluir a
mi marido en el negocio cada vez que se volvía a quedar en paro, después de otro trabajo de mierda más.
Mi marido llevaba un tiempo con
la mosca detrás de la oreja como se dice vulgarmente, sobre todo cuando el
padrino de la nena nos dijo que mi suegra le había comentado estas navidades
que se iba a jubilar, inciso – el negocio estaba puesto a nombre de mi suegra
debido a que era la titular del alquiler del local con el ayuntamiento. Por
tanto, si se jubilaba, automáticamente se rescindía el contrato con el ayuntamiento
y el susodicho se quedaba sin empleo. Lo que no nos podíamos imaginar es que
para cuando mi suegra hizo ese comentario ya estaba todo el pescado vendido.
El sábado pasado mi marido había
quedado con su padre, en teoría para echarle una mano en el vending, en la
práctica su padre se desahogó y le contó todo lo que habían estado haciendo
entre diciembre y enero a sus espaldas. Antes del puente de diciembre habían
presentado un contrato de traspaso de los negocios (vending y agencia de
viajes) al ayuntamiento para que diera su aprobación y así poder cambiar la
titularidad del contrato de alquiler, que pasaba de mi suegra al cuñadísimo.
Contrato aprobado por el ayuntamiento justo después del día de Navidad y que
habían firmado el día después de Reyes. El documento en cuestión era de chiste,
no contenía un triste inventario y la cantidad del traspaso era ridícula.
La jugada del cuñadísimo había
sido perfecta, con la excusa de que no encontraba trabajo y no podía acceder a
cursos por no ser desempleado, consiguió que mi suegro al jubilarse y cerrar su
tienda, en parte del local que quedaba vacío y que a pesar de ser alquilado
ellos consideraban como propio, montara unas máquinas de vending y le
contratara unas horas a la semana para que se encargara de ellas, aunque en la
práctica el que se comía el marrón era mi suegro. Como esto no le daba mucho
rendimiento, en 2010 consigue que mis suegros le monten un negocio, una
franquicia de una agencia de viajes, en la que aparecería como propietaria mi
suegra, pidan un préstamo y le contraten como empleado, ya que al no estar
casado con la hermana de mi marido no tienen parentesco.
El plan es maquiavélico, 3 años
más tarde, viendo que mis suegros están empezando a mosquearse al tener que
seguir pagando la SS de mi suegra en lugar de cobrar la jubilación, les
propone hacerse cargo del negocio poniéndose como autónomo, capitalizando el
paro al que tiene derecho.
Decir que mi marido llegó a casa
deshecho es poco, él que es un tragaldabas ese día casi ni comió. Se sentía
traicionado, ninguneado… no hacía más que repetir, que habían estado en nuestra
casa en Navidad, comiendo y cenando y “se habían callado todos como perros”,
nunca le había oído esa expresión.
Para mí ha supuesto un punto de
inflexión, si he tenido paciencia, he tragado sapos y les he respetado, a
partir de ahora soy libre, ellos no respetan ni quieren a mi marido, a su
propio hijo, yo no les debo ningún respeto.
Mi marido piensa que el artífice
de todo esto no ha sido solamente el cuñadísimo, sino que su padre está detrás,
ha sido contable, con lo cual sabe mucho de manejos, cuentas y leyes…además ya
nos demostró que le gusta mucho malmeter, el primer verano de la niña,
estábamos en su casa “del jardín” como la llama mi niño, los padres del
cuñadísimo estaban allí pasando el fin de semana, yo estaba fuera jugando con
el niño con la nena en brazos, mi marido estaba con su madre en la cocina, el
caso es que algo debió de comentar sobre su hermana y él que “pasaba por allí”
lo oyó, le faltó tiempo para ir a decírselo a la hermana de mi marido; yo a eso
le llamo meter cizaña entre hermanos, cuando a él ni le iba ni le venía la
conversación.
No sé que pasará a partir de
ahora, yo desde luego ya le dejé bien claro a mi suegro mi postura, el domingo
en el partido del niño no le dirigí la palabra, ni le miré, ella no fue o no se
atrevió a ir. El caso es que encima se permitió encima luego llamar a mi marido
para decirle que a la boda de mi hermano si invitamos a su hija, tenemos que
invitar también al novio, que van juntos. Alucinante!!! También le van a hacer
la lista de invitados a mi hermano…
Mi marido dice que les han
engañado a sus padres, yo le he comparado con el flautista de Hamelín, el
cuñadísimo toca y todos le siguen … pero no creo que sea todo culpa de él, yo
tengo un hermano y a su vez, soy madre y se que hay cosas que una madre no
hace, si no quiere hacer, pero sobre todo no hace unas distinciones tan claras
entre sus hijos. Siempre se ha notado que era la favorita, a mi marido le pagaron unan carrera en la universidad pública, pero a "la niña" la pagaron una universidad privada, les compraron un coche de segunda mano, en teoría para los dos, pero las llaves las tenía "la niña" si mi marido quería usarlo, tenía que pedir permiso a su hermana, si ella no lo iba a usar, lo podía usar él...y esto sólo es la punta del iceberg...
En mi familia todo se ha puesto
encima del mantel y en cuanto mi hermano y yo tuvimos capacidad, participamos
en las decisiones familiares, ya sea con el negocio familiar o con aquellas
decisiones que pueden afectar a alguno de nosotros, se vota, somos 4, y entre
los cuatro se decide.
Lo siento sobre todo por mis
hijos, que van a vivir una situación desagradable, yo misma la viví de pequeña,
desgraciadamente la historia se repite, no sé que maldición tenemos mi madre y
yo, para que no seamos del agrado de nuestras respectivas suegras.
3 comentarios :
Vaya...una situación desagradable sin duda, mucho animo!!
Si las relaciones familiares ya son complicadas, con la familia política ni te cuento. Yo estoy como tú, no entiendo ciertos favoritismos, ni ciertas decisiones. Pero como es la familia de mi marido, no quiero ponerle entre la espada y la pared, y la mayor parte de las veces trago, pero hay cosas que son INTRAGABLES. Piensas ¡hasta aquí hemos llegado! Y te conviertes en la mala malísima una temporada. El que más sufre es tu marido. Los niños se dan cuenta de que ven menos a la abuela, a sus tíos... Pero se conforman. De repente, un día, vuelves a poner el contador a cero por tu pareja, pero el contador ya tiene menos capacidad y estallo antes. Así todo el rato. Aunque lo que le han hecho a tu marido no tiene nombre. Es muy triste que tu propia familia te decepcione así.
¡Qué triste lo que cuentas! Lo siento sobre todo por tu marido, ya que para él habrá sido un jarro de agua fría. Pero a veces es bueno que la gente tóxica se descubra de una vez, para poder ignorarles y apartarles de nuestra vida definitivamente.
Un abrazo.
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