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Lilypie Kids Birthday tickers
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sábado, 2 de marzo de 2019

Disfrutando de un cumple en Micrópolix

El sábado pasado nos levantamos como si fuera un día de diario, a golpe de despertador, pero no hubo que repetir que había que levantarse, el plan del día molaba y molaba mucho, cumpleaños de la primita en Micrópolix, en Madrid.

Llegamos sin problema y fuimos los primeros, aunque ya había gente en la entrada esperando, no conocíamos a nadie, ese día se celebraban 19 cumpleaños en Micrópolix, según contamos, por las hojas que ponen en la cristalera para que esperen los niños.

La organización a la entrada es claramente mejorable, además nosotros entrábamos como adultos responsables del grupo, junto con el papá de la primita, así que teníamos la comida incluida...aunque eso de comida es mucho decir, es lo único que no me gustó del día, y teníamos que elegir entre: pizza de jamón, pizza barbacoa, ensalada o nuggets, más un refresco, nada de postre. Nosotros elegimos ensalada y pizza, así podíamos compartir si una ración era muy pequeña. Luego sigo hablando del tema comida.

Una vez resuelto este tema, nos pusieron las pulseras, la chica la verdad un poco exagerada, me lo apretó a la muñeca tanto que me rozó, a ver que ¡¡no me la iba a quitar!!  y con nuestra peque se equivocaron y la pusieron pulsera de +7años, así que casi no la dejan entrar luego en la parte de toboganes que es hasta 6 años.

El principio es un poco caos, las explicaciones de la monitora no se te quedan todas en la cabeza, con lo cual yo recomendaría que hicieran un folleto para los padres, además dan por supuesto que la mayoría ya ha ido y lo explican todo muy deprisa.

A partir de ahí, ¡a disfrutar! la verdad es que me lo imaginaba de otra manera, pero no me defraudó, el mayor se fue con los otros niños del cumple, que se dividieron en grupos de 3-4 niños, eso sí, niños por un lado y niñas por otro, por mucho que nos empeñemos...ellos mismos eligen. Nosotros íbamos con la peque, que todavía no entendía mucho la mecánica.

Antes de saber si íbamos a poder entrar o no, mi marido le había aleccionado al mayor, de que tenía que cuidar a su hermana...la cara del pobre niño era un poema, todo el rato ocupándose de la pequeña, en lugar de disfrutar él. Así que me puse a investigar, entré en la web de Micrópolix e incluso mandé un correo a Dácil, para preguntarla algunas cosillas, porqueque recordaba haber leido algo en su blog al respecto. Así que liberamos al mayor de la responsabilidad de su hermana y el plan era que yo me ocupaba de ir con la peque, así mi marido y el papá de la primita se ocupaban un poco del resto de niños.

Al entrar dan a cada niño un pasaporte y dinero Micrópolix, en el pasaporte les van a ir sellando las actividades que realizan, pueden hacer todas las actividades que quieran y repetir la veces que quieran, hay actividades que dan "dinero" y otras que hay que pagar "dinero", entendiendo por "dinero", los billetes de Micrópolix, que son parecidos a los del Monopoly.

A los niños que no habían ido nunca lo que les entusiasmó fue poder sacarse el carnet de conducir, para poder utilizar unos microcoches super chulos, así que enseguida perdimos de vista a casi todos. Mi niña nos sorprendíó queriendo empezar por la consulta veterinaria, incluso repitió luego por la tarde.

Si las monitoras de la entrada eran un poco bordes, el resto de chicos y chicas que se ocupaban de las actividade eran absolutamente encantadores, cuando no tenían a ningún niño en su actividad, se dirigían a los niños que pasaban y les animaban a intentarlo, siempre con una sonrisa, con mucho cariño y paciencia. Además en algunas actividades para más mayores, hacían "pases" especiales para los pequeños, por ejemplo en la estación de Bomberos.

Me quedé con las ganas de probar los karts con mi niña, pero había quedado con una amiga que vive relativamente cerca y aprovechamos para vernos y tomar un café, que no solemos tener muchas ocasiones. El papi resultó un compañero de juegos más soso que mamá ;-) así que nos hemos quedado con ganas de más.

Capítulo a parte merece el tema de la comida, nosotros al ser un cumpleaños teníamos la comida incluida, pero la verdad es que no merece mucho la pena, para los niños no está mal, ponen lo tipico, snacks de picar, agua, refrescos (de marca, Fanta y Coca Cola, nada de marcas blancas), pizza (una entera para cada niño, no sólo una porción)  y de postre brownie, eso sí un trozo chiquito. Pero para los padres hay poco donde elegir, además no te dicen como es la ensalada, para que os hagáis una idea esto es lo que pedimos nosotros, es decir, para uno era la ensalada y para otro la pizza.

Sólo con la ensalada te quedabas con hambre y la pizza aunque era grande de sabor no era nada del otro mundo. Lo snuggets eran la ración de niño, con lo cual te sirve de aperitivo...para que luego pidas algo en los locales que tienen.

En nuestro caso como la nena no lleva muy bien el queso, nos trajeron un perrito, así que por ahí bien.

Otra cosa interesante, llevad agua para los peques, por una botella pequeña de 33cl pagamos 1,40€; vamos, que salí a comprar una botella de 2l y unos vasos de plástico al súper que hay al lado, porque no era plan gastarnos casi 20€ en agua para coger una para cada niño del cumple.

En la zona hay muchos bares y restaurantes, con lo cual si volvemos, saldremos a comer fuera de Micrópolix.

Resumiendo, la experiencia ha sido genial y nos hemos quedado con ganas de más, sobre todo porque la peque al no tener 7 años no podía acceder a todas las actividades. Hemos guardado los pasaportes, el dinero micrópolix que ha sabrado y el carnet de conducir del mayor para la próxima.


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