Este mes de Junio ha sido un mes de mucho estrés, de muchas actividades y cambios de rutinas, mi mayor se fue con sus compañeros del cole una semana de campamento bilingüe y la peque acusó su ausencia algo menos que el curso pasado.
Ha sido un mes de cerrar etapas, el mayor empieza la ESO el curso que viene y aunque sigue en el cole, su querida amiga especial se cambia de centro, me ha sorprendido la madurez con la que ha encajado la noticia, mi niño sensible, de lágrima fácil, se está haciendo mayor. La que lloró a lágrima viva fue mi pequeña, porque no podía imaginarse todo el verano sin sus amigas, espero que puedan venir alguna tarde a disfrutar de la piscina como el verano pasado.
Las notas de ambos fueron fenomenales, aunque el mayor podía haberse esforzado más este último trimestre, los dos han hecho que me sienta muy orgullosa, mi niña apunta maneras, ella esperaba no sólo un 10 en lengua, sino también en plástica, así que no estaba del todo contenta...mi hermano dice que es una mini-yo, en mi opinión es más inteligente que yo.
Hemos disfrutado de las fiestas del cole, de la excursión de fin de curso, de la actuación de baile de mi pequeña y de las últimas fiestas de cumpleaños antes del verano.
Las pruebas de la alergia de mi niño indicaron lo que ya notamos esta primavera, la vacuna está haciendo efecto, así que vamos a seguir un año más.
Y cuando ya dábamos por finalizado el mes y habíamos inaugurado la temporada de piscina...llegó una noticia terrible, ayer se fue mi querida compañera, una mujer maravillosa que empezó siendo una compañera callada y
acabó siendo una amiga, un apoyo, siempre con una sonrisa y una
paciencia infinita para resolver mis dudas, mis preguntas... nadie podrá ocupar
el hueco que deja en mi corazón, aunque su mesa la ocupe otra persona,
la oficina no será igual sin ella, nunca perdí la esperanza de que
volvería... yo siempre la decía que cada día que pasaba era un día menos
para su vuelta... y al final no ha podido ser.
No nos dejó despedirnos, sabíamos que estaba "pachucha" como ella decía, que la habían ingresado hacía unos días, pero no nos podíamos ni imaginar que el final estaba tan cerca. Su marido ayer nos daba las gracias por haber estado pendientes de ella, por los mensajitos al móvil, las quedadas cuando se recuperaba de los ciclos de quimio.
He sido muy afortunada de poder conocerla, yo la consideraba mucho más que una compañera de trabajo, desde que me cambiaron de departamento ir a trabajar ya no era una agonía, el trabajo era compartir horas con gente maravillosa que me ayudaron desde el minuto 0, que tenían paciencia conmigo, ella en particular me ha enseñado muchas cosa y, me ayudó a recuperar mi autoestima, que mi anterior jefe había pisoteado.
Me quedo con el último abrazo que nos dimos y con las conversaciones por whasap que he guardado ...
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