Bueno, pues al final sí me expliqué...que le vamos a hacer, no quiero malos rollos, ni hacer sufrir a mi chico mayor, que bastante tiene. Así que contesté al mail de mi suegro pormenorizando mi batalla con la glucosa, proponiéndo quedar después de comer, para pasar la tarde del sábado con ellos. A la hora y medía recibía un escueto: "De acuerdo".
Así que aclarado esto, el sábado después de comer y siestear un ratillo, llamamos para anunciar que íbamos para allá, pero no! ellos tenían otros planes ... se iban de compras y a visitar a no-se-quien, pobre mi niño, se quedó con un palmo de narices, "¿y por qué no podemos ir a casa de los yayos?" - sin comentarios.
Repetimos la escena el domingo, después de comer y siestear un ratillo, llamamos para anunciar que íbamos para allá, esta vez mi marido con buen criterio, le puso al niño al tfno... (a ver si había huevos para decirle al peque que no), aunque mi niño no se cortó un pelo - ¿hoy podemos ir a vuestra casa o no? - toma ya! ese es mi niño!!
Un frio de tres pares en la casita del campo, "no hemos puesto la calefacción, porque como íbamos a ir a vuestra casa" ???? ¡y eso que habíamos quedado el día anterior!
Después de unas cuantas partidas a la Oca en las que mi suegra hacía trampa para ganar ella, nos suelta un: "os quedais a cenar" afirmación, no pregunta, sólo pude tomar un poco de pechuga de pavo y un trozo de tortilla de patata precocinada (sí, las que venden en el súper plastificadas que saben puag!).
¡Todo sea por la paz conyugal!
3 comentarios :
Well done querida, todo sea por la paz en vuestro hogar, que es lo único que debe importarte!!
(a mí esas tortillas, según que marca, fíjate que me gustan... jeje)
Te juro que siempre creí que las tortillas ésas estaban de adorno en el súper....ahora veo con asombro que hay gente que las compra...tú suegra!
Me lo tomo con humor, porque yo creo q no tienen arreglo...vamos, q no lo hacen con malicia, es que van de guays por la vida, que le vamos a hacer!
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