Mis tesoros

Lilypie Kids Birthday tickers
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martes, 28 de mayo de 2019

Disfrutando en familia

Desde Semana Santa estamos haciendo planes los 4, salidas cortas para que los peques conozcan lugares que son parte de nuestra historia.

Aprovechando que ya está mejorando el tiempo, hemos estado en Salamanca, Burgos, Salas de los Infantes, Urueña y Valladolid, que aunque es la que más cerquita tenemos, no siempre sabemos disfrutarla.

A pesar de que daban lluvias, nos resistimos a pasar la Semana Santa en casa frente a las pantallas de consolas y móviles, así que empezamos nuestras mini-vacaciones el jueves santo yendo a conocer Salamanca. La idea fue de la pequeña de la casa, su amiga C. la había insistido que tenía que encontrar la rana para tener suerte y aprovechamos para conocer la ciudad.

Nosotros ya habíamos estado en Salamanca varias veces, aunque la que no se nos olvidará es aquella en la que fuimos a pasar el fin de semana con mis amigas, aprovechando que una de ellas estudiaba allí y tenía el piso libre, mi entonces novio, hoy marido, de madrugada se durmió apoyado en un altavoz en una discoteca!!! mis hijos no se lo creían cuando se lo contamos.

Lo mejor fue subir a las torres de la Clerecía, Scala Coeli, yo pensaba que me iba a dar vértigo, pero no, las barandillas ofrecen mucha seguridad y las vistas son espectaculares. También visitamos la Catedral, paseamos por la Plaza Mayor y comimos en un sitio sencillo, pero una comida muy rica y a muy buen precio, Mesón La Leyenda,  por la tarde dimos un paseo y acabamos el día en el Museo de la Historía de la Automoción (MHAS), los peques se quedaron muy sorprendidos de como eran los coches hace un par de siglos, merece la pena. Al salir empezó a llover y decidimos dar por terminado el día.

El sábado de Semana Santa los planes eran ir a Burgos por la  mañana y a Salas de los Infantes por la tarde. Tenía reservado un taller para los peques en el Museo de la Evolución Humana (MEH), era para niños de 8 a 12 años, pero nos dejaron apuntar a los 2 hermanos juntos, aunque la nena tiene 7 años. Lo pasaron de maravilla, recorrieron el museo con 2 monitores, buscando una serie de pistas, para ellos fue lo mejor del día. A mí el museo me resultó bastante denso, interesante pero aburrido, así que al terminar el taller me acerqué a dar la enhorabuena a los monitores por hacerlo ameno para los peques y sobre todo por no ser estrictos en el tema de la edad, pues mi niña lo disfrutó un montón precisamente por ir con su hermano mayor.

Al salir del museo fuimos a comer, habíamos buscado sitios cercanos por internet y la verdad es que donde fuimos a pesar de tener muy buena pinta, no resultó como esperábamos...lo elegimos porque tenía parque de bolas, camas elásticas y tal, la idea era que mientras nos atendían y empezábamos a comer nosotros, ellos disfrutaran un rato y gastaran energías, pero resulta que a mediodía no lo tenían abierto salvo reservas para grupos y claro, nosotros no llegábamos a la categoría de grupo. La comida tampoco fue para tirar cohetes, nada que ver con lo bien que habíamos comido en Salamanca y encima fue más caro.

Como la mañana se nos había pasado en un suspiro y comimos más rápido de lo que habíamos pensado, antes de ir a Salas, fuimos a la Catedral, la visita incluia audioguías con el precio de la entrada y oh! sorpresa, nuestros hijos se lo enchufaron y no hubo niños hasta que no escucharon y recorrieron todos los números, ¡jamás lo hubiera imaginado! fue muy curioso ver como la peque apretaba los botones de los números correspondientes a cada explicación.

Tuvimos que espabilar para llegar antes de que cerrara el Museo de los dinosaurios de Salas de los Infantes, el papi ya lo había visitado cuando estuvo trabajando hace años por allí y había comprado a Tom, el peluche favorito de mi hijo mayor. La peque quería otro para ella, pero no hubo suerte, estaba agotado y se tuvo que conformar con la versión bebé, tempoco pudo ponerse las gafas de realidad virtual porque estaban contraindicadas para menores de 9 años, así que es un sitio que sigue estando en nuestra lista de pendientes de volver.

El día 1 de mayo el plan era disfrutar del Valle de los 6 sentidos, pero cuando llegamos estaba lleno de gente, el aparcamiento completo y cola para entrar, así que sobre la marcha pensamos otro sitio donde ir, ya teníamos el plan de pasar el día en el campo y optamos por ir a Urueña.

Al llegar paramos en una zona con sombra al lado de la Ermita y disfrutamos de una comida en el campo, los papis nos tumbamos un rato después de comer y los peques buscaron bichitos, hojas... todos disfrutamos de la tranquilidad sin peligro de coches. No fuimos los únicos, había varias familias como nosotros, pero había sitio para todos.

Por la tarde visitamos el pueblo, el centro e-Lea y los museos que estaban abiertos, una pena que el de Joaquín Díaz y el de las campanas los cierran precisamente los festivos... es un pueblo con mucho encanto, se puede subir a las murallas y disfrutar de sus calles empedradas, aunque es una lástima que tienen poca visión de negocio, la oficina de turismo nos la encontramos cerrada, porque estaban enseñando la ermita y tampoco quedaban folletos ni planos...

Para acabar este recuento de salidas, que está quedando un poco largo, cerramos con la Ruta del hereje, en Valladolid, el 13/mayo, día del patrón San Pedro Regalado, es una ruta teatralizada por Azar teatro, basada en la novela El Hereje, de Miguel Delibes, famoso autor vallisoletano. Merece la pena ir, aunque con zapato cómodo y caminando rápido entre una localización y otra, al ser gratuito, se arremolina la gente y no ves nada, al menos los peques y yo que somos chiquitos de estatura.  A ver si podemos ir a la que hacen ahora a primeros de Junio sobre Cervantes.




viernes, 5 de abril de 2019

Capítulo de familias

Como antecedente, mis hijos van a un colegio concertado católico, regido por una comunidad de frailes, que tiene asociada una parroquia y está todo en el mismo grupo de edificios. En diciembre del año pasado el párroco me dijo que quería comentarme una cosa, que cuando podía dedicarle 5 minutos.

Hablamos un día, al dejar a mis hijos en el cole por la mañana, el motivo era que quería invitarnos, a los 4, a un encuentro que iban a organizar en Madrid, un fin de semana a finales de Marzo/2019, para familias pertenecientes a colegios y parroquias de la comunidad de frailes, me dió un pequeño folleto, donde se ampliaba la información de lo que iba a tratar el fin de semana.

Obviamente no había ningún tipo de obligatoriedad y él quería que lo habláramos mi marido y yo, para en caso de no querer o no poder ir, pues poder comentarlo con otras familias, no lo iban a publicitar, pues había pocas plazas por cada colegio, ya que el sitio donde lo organizaban tenía las plazas que tenía y querían que fuera gente de toda España.

A mi marido le encantó la idea, él ha sido mucho de ir a convivencias, Pascuas y todo tipo de actividades de esa clase en su juventud, yo no soy mucho de hacer cosas en plan rebaño, pero la verdad es que las ponencias y los talleres que se organizaban tenían buena pinta y podía ser un fin de semana divertido y diferente para pasar en familia, conociendo a personas interesantes, otro aliciente era que nosotros corríamos con los gastos de desplazamiento hasta Madrid, pero una vez allí, el alojamiento y las comidas estaba todo cubierto, así que aceptamos.

Al final hemos ido 5 familias de nuestro cole-parroquia, 2 familias de alumnos, 2 familias de profesoras del colegio y una familia de una catequista de la parroquia. En total, hemos sido algo más de 200 personas, entre adultos y niños, ha ido gente muy diversa, hemos hecho amistades y lo hemos disfrutado un montón.

El nombre del evento es el que he utilizado para dar nombre al post, "Capítulo de Familias", con la reminiscencia de los capítulos o asambleas que celebran los frailes cada x años. La idea era contar con la opinión de los laicos, en este caso desde la vertiente de la familia, tanto desde el punto de vista de los colegios como de las parroquias, para opinar, criticar, proponer...

Ha sido una experiencia muy interesante y enriquecedora, conocer cómo se organizan en otros puntos de España, compartir experiencias; no ha sido para nada aburrido, ni por supuesto nos hemos pasado el fin de semana rezando, de hecho me ha sorprendido, únicamente ha habido un momento de  oración el sábado antes de cenar y la misa del domingo.

No había nada obligatorio, ni asistir a las ponencias, ni participar en los grupos, ni en los talleres, ni en la velada del sábado noche, pero lo que apetecía era participar en todo, no perderse nada, porque todo tenía algo o mucho de interesante, de divertido...cuando los adultos estábamos en las ponencias o talleres, los peques tenían sus actividades paralelas, con prefesoras del colegio de Madrid, que han estado todo el fin de semana pendientes de nuestros hijos, han inventado un rap, han hecho un mural y han aprendido una coreografía para la velada del sábado por la noche, además de jugar, correr y disfrutar de la naturaleza y el aire libre en las instalaciones, porque ha hecho un tiempo fabuloso, sólo se estropeó cuando ya nos íbamos, el domingo por la tarde.

La conclusión de todos ha sido que había que organizar este evento de forma periódica, el único pero lo pusieron los poquitos adelescentes que acudieron, (4 ó 5 chavales de entre 16-18 años) y tenían razón, habían acudido "obligados" por sus padres y se habían sentido demasiado mayores para las actividades pensadas para los niños y aún pequeños para acudir a las ponencias de los adultos, a pesar de todo, reconocieron que lo habían disfrutado y la propuesta que hicieron fue contar con actividades propias para su edad para la próxima vez y toda la sala aplaudió su intervención.

¡Ojalá podamos volver a participar en la siguiente!