Un año

Con todo lo que ha pasado, parece que hace más tiempo, pero sólo ha pasado un año... un año de coger a mi sobrino recién nacido al salir de su madre y conseguir que respirara, un año de la hospitalización de mi sobrino mayor y de pasar un días con mucha tensión y mucha angustia.

Parece que fue en otro época, ha pasado un año y no hemos podido celebrar el primer cumpleaños de mi sobrinín, que ya se sostiene de pie y quiere dar sus primeros pasos, aunque prefiere gatear, ¡menuda velocidad tiene!

Con mi sobrino mayor aquellos días en el hospital hicieron que me cogiera cariño y confianza, antes sólo quería estar con mamá y papá, pero a partir de entonces, yo ya era guay...me pedía que le llevara cosas y que le hiciera tortilla de patatas, incluso ha querido quedarse en nuestra a casa a dormir y todo, con 4 años mis hijos no querían quedarse en casa de nadie a dormir, mi hijo sacó su querida pista de carreras y se la montó al primo.

Me alegra que mi sobrino tenga confianza conmigo, aquellos días traté de animarle y hacer su estancia en el hospital menos dura, le llevé vasos de piratas, pajitas, pinturas, cuentos...cada día me tenía q esforzar, al llegar me preguntaba, ¿qué me has traido hoy tía...? me encanta como dice mi nombre con su lengua de trapo.

Me encanta verlo jugar con mis hijos, los 3 primos, él se quiere aliar con mi hijo mayor para chinchar a su prima, mi niña...y ella se enfada, dice que la toca todos los juguetes. El año que viene seguro que el pequeño ya se une y son 4 para jugar.