Mis tesoros

Lilypie Kids Birthday tickers
Lilypie Kids Birthday tickers

miércoles, 19 de febrero de 2014

Luchando por mi hijo



Llevábamos una temporada que parecía que las cosas iban mejor en el cole, en la agenda de mi niño no venían notas recriminatorias de los profesores sobre su comportamiento y en su lugar los viernes había una carita sonriente escrita con boli verde, pero parece que hemos vuelto para atrás.

Creo que su profesora cambió de planteamientos a la vuelta de las vacaciones, mi niño dejó de estar separado y aislado de sus compañeros en la parte de atrás de la clase, le integraron sentándolo en segunda fila con una compañera y su comportamiento mejoró, pero me temo que la profe ha pensado que con eso era suficiente.

Han vuelto a llegar notas sobre su mal comportamiento…”ha pegado a fulanito”, “ha estado haciendo el tonto en clase” … y ya la última ayer, cuando nos informaba que había dado patadas a una puerta en la clase de gimnasia.

Hemos tratado de razonar con él, de que nos contara que había pasado, que nos contara su versión y al menos eso lo hemos conseguido, nosotros sí hemos conseguido que mejore, ahora ya no esconde la agenda para que no leamos las nefastas notas, sino que es él el que nos dice, “lee mi agenda mamá”.

El día que pegó a un niño era por pura frustración, en el recreo no le dejaban jugar, así, porque sí, al niño de turno no le cuadró que mi hijo se incorporara al juego, que haríamos nosotros si un día al bajar a la máquina del café hay un compañero de la oficina que nos dijera que no nos dejaba sacar café…¿nos lo tomaríamos bien? ¿nos enfrentaríamos a él? Mi hijo trató de resolverlo como pudo y sólo se le ocurrió tratar de resolverlo por la fuerza, dando una patada al que no le permitía jugar. Eso sí, el castigo se lo llevó él, por supuesto no le dijeron nada al otro niño. La profesora no se preocupó de averiguar el porqué.

Del profesor de gimnasia ya nos habían llegado comentarios de que es muy exigente, no sé que quiere hacer en su clase con niños de 1º de Primaria, pero en fin… ayer al llegar a casa me senté con mi niño a hablar:
-¿qué ha pasado cariño? ¿por qué le diste patadas a una puerta?
- estaba enfadado
- ¿y por qué estabas enfadado?
- porque me habían castigado otra vez.
- ¿y por qué te habían castigado?
- por portarme mal
- ¿y qué habías hecho para que el profesor pensara que te portabas mal?
- no me salía el juego de saltar que estábamos haciendo en clase de gimnasia y me enfadé

Estoy tratando de mejorar a la hora de preguntarle, he leído un montón de manuales de tdah, de guías…hay que hacer preguntas sencillas y simples, nada genéricas…voy consiguiendo saber que le pasa a mi niño en clase día a día, qué siente.

La situación estaba clara, mi hijo quería que le saliera bien y a la primera el juego de saltar, no le salió, se frustró, el profesor con muy poca empatía, en lugar de ayudarle a gestionar su frustración no sólo no le animó, sino que una vez más tiró por el camino fácil, le apartó de la clase, se lo quitó de encima, lo cual aumentó la frustración de mi hijo, que acabó descargando contra la puerta, donde la habían castigado.

Obviamente yo no estaba allí, pero esa misma situación la he vivido con mi niño, haciendo los deberes, jugando a algo, haciendo construcciones…no sabe gestionar su frustración, él pretende que todo lo que intenta le salga bien a la primera y claro, no siempre es así. Por ejemplo, dibuja muy bien, pero cuando no le sale a la primera se enrabieta, arruga el papel, da un puñetazo en la mesa...

En casa he de reconocer que antes también le reprobábamos este comportamiento, ahora tratamos de hacerle ver otras situaciones en las que nosotros mismos tenemos que intentar las cosas varias veces hasta que nos salen bien. La hermanita nos está sirviendo de ejemplo y ayuda para ello, mi niño es consciente de que ha tardado en aprender a andar, aún no sabe hablar, … y que ella sigue intentándolo, sigue aprendiendo cada día palabras nuevas para comunicarse. Estamos consiguiendo progresos, pero no podemos hacerlo solos, no estamos las 24h. del día con el niño, no estamos en clase, en el recreo.

Que duro es para mi niño enfrentarse cada día a una nueva jornada en el cole, la orientadora nos dijo, tras hora y media interrogándonos a mi marido y a mí, que trasladaría a los profesores ciertas pautas para poner en práctica en el aula, no sé si ha sido así o no, en cualquier caso, “estaba muy ocupada” y no podía iniciar con nuestro hijo el protocolo de TDAH hasta abril, increíble, no? Tenía que preparar las evaluaciones de los que acababan en el centro, de los nuevos que se incorporaban… Al menos conseguimos una nueva reunión para antes de las vacaciones de Semana Santa, para evaluar los progresos con las pautas que iban a aplicar en clase.

Me duele el alma cada vez que me imagino a mi niño solo, con nadie con quien jugar en el recreo, apartado, cada vez que hace cualquier cosa propia de un niño y alguno de sus compañeros se “chiva” y acaba castigado “otra vez”, todos hemos empujado en la fila, todos nos hemos reído en clase o hemos hablado de más con el compañero de pupitre… ¿por qué a mi niño le castigan sin tregua?

Hoy voy a llamar por tfno a la profesora de mi hijo, ya me he hartado de “notitas” en la agenda, cuando en la última la pregunté si ya habían puesto en práctica las pautas que nos comentó la orientadora, me dijo que “iba a llevarlas a cabo” … vamos, que no había hecho nada. Voy a tratar de trasmitirla mi tristeza, mi malestar, a hacerla sentir el sufrimiento de mi hijo. ¿Cómo se enfrentaría ella a su día a día si no supiera si ese día sus compañeros la iban a hablar? Si supiera que estaban pendientes de cualquier cosa que hiciera mal para trasladársela a su superior…

Mi niño antes siempre tenía una sonrisa en la cara, mi lucha diaria es para conseguir que vuelva a ser así, que mi niño sea feliz en su día a día, y el día a día de mi hijo pasa por ser feliz en el cole. Voy a luchar, no soy de las que se rinden y en esto menos aún, de eso estoy segura, voy a llegar a las últimas consecuencias y si en este cole no se esfuerzan por tratar a mi hijo como se merece, conseguiré como sea que le cambien.

Desgraciadamente me están dando la razón, en la tan nombrada escuela pública, muchos son funcionarios, no maestros, y eso no es cosa de recortes, eso es cosa de VOCACIÓN, así, en mayúsculas. La profesora de mi hijo me llegó a decir que ¡no podía tratar de forma especial a mi hijo! Vamos a ver, a un niño que no se le dan bien las matemáticas, se lo explicara una vez más, no? A un niño que le cuesta leer, tratará de animarle y ayudarle, no le reñirá y castigará cada vez que lee mal, no? Pues mi niño lo que necesita es que le ayude a controlar su carácter, su impulsividad, aumentarle su autoestima, que el pobre la tiene al mínimo y si no es capaz de hacerlo es que no es buena profesora.

1 comentario :

Dácil Muñoz dijo...

Es increíble que esto docentes que tienen a nuestros hijos en sus manos estén tan poco preparados y tengan tan poca empatía con los niños. Desde mi punto de vista no están preparados para ejercer y no se les debería permitir. Entiendo tu tristeza. Se me parte el corazón imaginando a tu hijo ante la puerta del colegio y cogiendo fuerzas para aguantar un día más.
Lo que le pasa a tu hijo es que la profesora le tiene manía, así sin más. Se ha creado la fama de conflictivo y todos los castigos le caen a él, sea quien sea el culpable. Ojalá cambien las cosas para mejor pronto. Desde aquí, todo mi cariño.