Llevábamos una temporada que
parecía que las cosas iban mejor en el cole, en la agenda de mi niño no venían
notas recriminatorias de los profesores sobre su comportamiento y en su lugar
los viernes había una carita sonriente escrita con boli verde, pero parece que
hemos vuelto para atrás.
Creo que su profesora cambió de
planteamientos a la vuelta de las vacaciones, mi niño dejó de estar separado y
aislado de sus compañeros en la parte de atrás de la clase, le integraron
sentándolo en segunda fila con una compañera y su comportamiento mejoró, pero
me temo que la profe ha pensado que con eso era suficiente.
Han vuelto a llegar notas sobre
su mal comportamiento…”ha pegado a fulanito”, “ha estado haciendo el tonto en
clase” … y ya la última ayer, cuando nos informaba que había dado patadas a una
puerta en la clase de gimnasia.
Hemos tratado de razonar con él,
de que nos contara que había pasado, que nos contara su versión y al menos eso
lo hemos conseguido, nosotros sí hemos conseguido que mejore, ahora ya no
esconde la agenda para que no leamos las nefastas notas, sino que es él el que
nos dice, “lee mi agenda mamá”.
El día que pegó a un niño era por
pura frustración, en el recreo no le dejaban jugar, así, porque sí, al niño de
turno no le cuadró que mi hijo se incorporara al juego, que haríamos nosotros
si un día al bajar a la máquina del café hay un compañero de la oficina que nos
dijera que no nos dejaba sacar café…¿nos lo tomaríamos bien? ¿nos
enfrentaríamos a él? Mi hijo trató de resolverlo como pudo y sólo se le ocurrió
tratar de resolverlo por la fuerza, dando una patada al que no le permitía
jugar. Eso sí, el castigo se lo llevó él, por supuesto no le dijeron nada al
otro niño. La profesora no se preocupó de averiguar el porqué.
Del profesor de gimnasia ya nos
habían llegado comentarios de que es muy exigente, no sé que quiere hacer en su
clase con niños de 1º de Primaria, pero en fin… ayer al llegar a casa me senté
con mi niño a hablar:
-¿qué ha pasado cariño? ¿por qué
le diste patadas a una puerta?
- estaba enfadado
- ¿y por qué estabas enfadado?
- porque me habían castigado otra
vez.
- ¿y por qué te habían castigado?
- por portarme mal
- ¿y qué habías hecho para que el
profesor pensara que te portabas mal?
- no me salía el juego de saltar
que estábamos haciendo en clase de gimnasia y me enfadé
Estoy tratando de mejorar a la
hora de preguntarle, he leído un montón de manuales de tdah, de guías…hay que
hacer preguntas sencillas y simples, nada genéricas…voy consiguiendo saber que
le pasa a mi niño en clase día a día, qué siente.
La situación estaba clara, mi
hijo quería que le saliera bien y a la primera el juego de saltar, no le salió,
se frustró, el profesor con muy poca empatía, en lugar de ayudarle a gestionar
su frustración no sólo no le animó, sino que una vez más tiró por el camino
fácil, le apartó de la clase, se lo quitó de encima, lo cual aumentó la
frustración de mi hijo, que acabó descargando contra la puerta, donde la habían
castigado.
Obviamente yo no estaba allí,
pero esa misma situación la he vivido con mi niño, haciendo los deberes,
jugando a algo, haciendo construcciones…no sabe gestionar su frustración, él
pretende que todo lo que intenta le salga bien a la primera y claro, no siempre
es así. Por ejemplo, dibuja muy bien, pero cuando no le sale a la primera se
enrabieta, arruga el papel, da un puñetazo en la mesa...
En casa he de reconocer que antes
también le reprobábamos este comportamiento, ahora tratamos de hacerle ver
otras situaciones en las que nosotros mismos tenemos que intentar las cosas
varias veces hasta que nos salen bien. La hermanita nos está sirviendo de
ejemplo y ayuda para ello, mi niño es consciente de que ha tardado en aprender
a andar, aún no sabe hablar, … y que ella sigue intentándolo, sigue aprendiendo
cada día palabras nuevas para comunicarse. Estamos consiguiendo progresos, pero
no podemos hacerlo solos, no estamos las 24h. del día con el niño, no estamos
en clase, en el recreo.
Que duro es para mi niño
enfrentarse cada día a una nueva jornada en el cole, la orientadora nos dijo,
tras hora y media interrogándonos a mi marido y a mí, que trasladaría a los
profesores ciertas pautas para poner en práctica en el aula, no sé si ha sido
así o no, en cualquier caso, “estaba muy ocupada” y no podía iniciar con
nuestro hijo el protocolo de TDAH hasta abril, increíble, no? Tenía que
preparar las evaluaciones de los que acababan en el centro, de los nuevos que
se incorporaban… Al menos conseguimos una nueva reunión para antes de las
vacaciones de Semana Santa, para evaluar los progresos con las pautas que iban
a aplicar en clase.
Me duele el alma cada vez que me
imagino a mi niño solo, con nadie con quien jugar en el recreo, apartado, cada vez
que hace cualquier cosa propia de un niño y alguno de sus compañeros se “chiva”
y acaba castigado “otra vez”, todos hemos empujado en la fila, todos nos hemos
reído en clase o hemos hablado de más con el compañero de pupitre… ¿por qué a
mi niño le castigan sin tregua?
Hoy voy a llamar por tfno a la
profesora de mi hijo, ya me he hartado de “notitas” en la agenda, cuando en la
última la pregunté si ya habían puesto en práctica las pautas que nos comentó
la orientadora, me dijo que “iba a llevarlas a cabo” … vamos, que no había
hecho nada. Voy a tratar de trasmitirla mi tristeza, mi malestar, a hacerla
sentir el sufrimiento de mi hijo. ¿Cómo se enfrentaría ella a su día a día si
no supiera si ese día sus compañeros la iban a hablar? Si supiera que estaban
pendientes de cualquier cosa que hiciera mal para trasladársela a su superior…
Mi niño antes siempre tenía una
sonrisa en la cara, mi lucha diaria es para conseguir que vuelva a ser así, que
mi niño sea feliz en su día a día, y el día a día de mi hijo pasa por ser feliz
en el cole. Voy a luchar, no soy de las que se rinden y en esto menos aún, de eso estoy segura, voy a llegar a las últimas consecuencias
y si en este cole no se esfuerzan por tratar a mi hijo como se merece,
conseguiré como sea que le cambien.
Desgraciadamente me están dando
la razón, en la tan nombrada escuela pública, muchos son funcionarios, no
maestros, y eso no es cosa de recortes, eso es cosa de VOCACIÓN, así, en
mayúsculas. La profesora de mi hijo me llegó a decir que ¡no podía tratar de
forma especial a mi hijo! Vamos a ver, a un niño que no se le dan bien las matemáticas,
se lo explicara una vez más, no? A un niño que le cuesta leer, tratará de
animarle y ayudarle, no le reñirá y castigará cada vez que lee mal, no? Pues mi
niño lo que necesita es que le ayude a controlar su carácter, su impulsividad, aumentarle
su autoestima, que el pobre la tiene al mínimo y si no es capaz de hacerlo es
que no es buena profesora.
1 comentario :
Es increíble que esto docentes que tienen a nuestros hijos en sus manos estén tan poco preparados y tengan tan poca empatía con los niños. Desde mi punto de vista no están preparados para ejercer y no se les debería permitir. Entiendo tu tristeza. Se me parte el corazón imaginando a tu hijo ante la puerta del colegio y cogiendo fuerzas para aguantar un día más.
Lo que le pasa a tu hijo es que la profesora le tiene manía, así sin más. Se ha creado la fama de conflictivo y todos los castigos le caen a él, sea quien sea el culpable. Ojalá cambien las cosas para mejor pronto. Desde aquí, todo mi cariño.
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